El enfrentamiento entre padres e hijos es el nudo de esta tragedia, donde un rey enfurecido deshereda a la hija que lo ama en beneficio de aquellas que lo van a traicionar. La lucha del Hombre contra fuerzas irracionales que lo exceden es el marco de esta obra imprescindible. Ese clima de duelo inmemorial y de profundo desconsuelo es el que finalmente le da su fuerza más profunda y subterránea, casi sagrada, a la tragedia del rey que no supo controlar la ira.